viernes, 30 de octubre de 2015

Democracia

"A la democracia no ha llegado todo el mundo de la misma manera. Los hay que han llegado frescos, limpios, en magníficas barcas de salvamento. En cambio otros han llegado derrotados, extenuados, como los náufragos, y algunos han llegado, devueltos por el mar, ya ahogados."



De “Los amigos del crimen perfecto” de Andrés Trapiello

miércoles, 28 de octubre de 2015

Españistán

Bueno, pues viendo el cariz que están tomando las cosas, creo que llegó la hora de hacerse algunas preguntas. No con el afán de llevar la contraria ni tocar las narices, sino para intentar comprender un poco mejor lo que está pasando.

El otro día me preguntaba…¿qué es no ser español? Bueno, técnicamente es ser de fuera de España, de otro lugar…ser inglés, francés, congoleño, australiano…entonces, cuando tan a menudo personajes de cierta envergadura intelectual (otros no tanto) dicen no sentirse españoles…¿es una moda? ¿Es un verdadero sentimiento? ¿Son personas que han trascendido (realmente) las fronteras, ciudadanos del mundo? Lo curioso del caso es que cuando uno dice sentirse vasco o catalán nadie lo cuestiona de la misma forma que cuando dice sentirse español. De España. La verdad es que no lo entiendo.

Bueno, podemos darle muchas vueltas a esta cuestión, pero, hagámonos otra pregunta. Si estas personas fueran, por ejemplo, americanos, ¿se sentirían de la misma forma? ¿Qué carajo es? ¿La bandera? ¿El escudo? ¿Por qué no eligen ser de otro país? Parece un poco contradictorio, ¿no? La otra opción, cuál es, ¿ser no español viviendo en España? Y vaya…¿España no tiene nada bueno? ¿Nada de lo que sentirse minimamente orgulloso? Además, a veces olvidamos que este país lo formamos nosotros, todos y cada uno de nosotros. Así que nosotros también somos España…y si no nos gusta, a lo mejor tenemos algo que ver. Quizás podamos mejorarla…

Cierto es que desgraciadamente este país arrastra una serie de simbolismos heredados del franquismo que quizás no sean todo lo deseables que quisiéramos, pero creo que tampoco se debe cuestionar absolutamente todo lo que pasa. Si un tío como Carrillo aprobó en su día la bandera actual, creo que no hay mucho más que decir. Cierto es que la constitución del 78 se aprobó en unas condiciones muy concretas y de tremenda desigualdad, pero desde mi humilde opinión, también fue una verdadera proeza no continuar el régimen dictatorial y permitir que se estableciera la democracia. Las concesiones las hicieron los que tenían la sartén por el mango, los acólitos del régimen. Creo que este es el verdadero motivo que ha provocado que la derecha se haya apropiado en exclusiva de la bandera y el himno.

¿España sería mejor si cambiáramos la bandera y/o el himno?

Por último, muchos dicen que todas estas cuestiones no son tan importantes como nos hacen ver. Sin embargo, esos mismos que dicen no preocuparse con estas cuestiones son los que señalan a los demás cuando reivindican su nacionalidad, bandera o lo que sea. En qué quedamos, ¿son o no son importantes?


Qué alguien me lo explique, por favor…

miércoles, 14 de octubre de 2015

Asco y vergüenza

Ya está bien. Una vez más, las cabezas huecas se amontonan frente al televisor esperando algún dato escabroso sobre la muerte de una niña, una persona…da igual…no aprendemos…nos gusta la carnaza…¡qué asco!

¿Y dónde están esos defensores del espectador? ¿Esos organismos que regulan no sé qué y no sé cuántos? ¿y dónde está el respeto? Por los fallecidos, por los familiares, por la intimidad…

Imaginemos que en nuestro barrio, gente que podamos conocer, sufre alguna tragedia similar. En un barrio, no tendría más trascendencia que el entorno más cercano y algún que otro cotilleo. Sin embargo, en estos casos, todo un pueblo, toda una región, todo un país, señalan con el dedo y comentan. ¡Mira! La madre de la niña…¡Mira! El hermano de la niña…

Nos da igual destrozar la vida de alguien; y aunque me indigna que la gente siga estos sucesos, lo que verdaderamente me repugna es que los responsables de los contenidos de noticiarios televisados y radiados tengan el descaro de sacrificar su ética (si es que la tienen) en pos de la audiencia.

Supongo que el ciudadano medio espera el fatal desenlace quizás con la esperanza de que se resuelva felizmente. Pero una vez sucedido, no consigo entender la preocupación de algunos por saber sobre la niñera, el familiar cercano o el profesor de turno. Y lo que no es concebible es que todo ello sea televisado.


Asco y vergüenza.